Es un libro en el que se realiza un análisis por Carmen M. Reinhart y Kenneth S. Rogoff, ambos
economistas y profesores en la universidad de Harvard. En los seis capítulos en
los que se divide el libro se investiga sobre crisis financieras de los
distintos países durante los últimos ochos siglos. Se muestra históricamente
que, los países bajo la creencia de que
‘‘esta vez es distinto’’, porque ahora somos más inteligentes y estamos mejor
preparados, siguen cometiendo los mismos o parecidos errores del pasado. Para
realizar tal análisis los autores se apoyan en datos recogidos de diferentes
fuentes como por ejemplo del Fondo Monetario Internacional, mediante gráficas,
tablas…
En la primera parte se exponen conceptos básicos como
derrumbes monetarios, inflación… y sobre todo se destaca la definición intolerancia
a la deuda, que es vulnerabilidad que tiene un país de sufrir un impago. Para
medir el grado de dicha intolerancia, los autores usan dos indicadores: las
calificaciones sobre deuda soberana y la proporción de deuda externa respecto
al PNB (Producto Nacional Bruto), con lo cual se permite constatar que la
debilidad de las instituciones ha contribuido en gran medida a generar
problemas en los pagos.
En la segunda parte se desarrolla el tema sobre deuda externa, donde se atribuye como causas
la ausencia de integración política, la carencia de mecanismos legales y
la falta de voluntad más que a la capacidad para cumplir con los créditos.
En cuanto a lo que se expone en la tercera parte y cuarta
parte, es importante destacar la falta de información sobre la deuda interna, y
sobre las crisis bancarias las cuales pueden ser explicadas por períodos de alta movilidad de capital
internacional. Y los efectos que producen
estas crisis afectan tanto países
ricos como pobres y los han padecido a lo largo de la historia económica.
Una comparación histórica entre la reciente crisis
hipotecaria estadounidense que los autores nombran “La segunda gran
contracción”, y crisis financieras pasadas es abordada en la quinta parte del
libro. Los autores plantean que las secuelas de las grandes crisis financieras
asociadas con la Gran Depresión fueron más profundas que las mostradas en las
crisis de la posguerra, las cuales han afectado fuertemente el precio de los
activos, el empleo y la producción.
Por último, en la sexta parte y como conclusión se indica
que el verdadero problema se halla en que los responsables de las políticas
económicas no reconocen los indicadores de alerta y las políticas de respuesta para amortiguar y
manejar las crisis de deuda e inflación se sugiere conocer la magnitud del endeudamiento del
gobierno, tener un buen desempeño económico para el sostenimiento de la deuda y
tomar decisiones acertadas.
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